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Febrero en Whistler-Blackcomb: this is powder!

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Este invierno se avecinan grandes aventuras. Queremos conocer todos los rincones del mundo donde la nieve y la montaña nos permitan disfrutar del esquí. Por eso, en nuestra lista de deseos no puede faltar Whistler-Blackcomb. Descubrimos algunos secretos de la joya de Canadá.

Cuando uno está acostumbrado a esquiar en la Península Ibérica –incluyendo Andorra- y se acerca a la sierra de los Alpes descubre que el mundo de la nieve solo acaba de empezar. A medida que la experiencia aumenta lo hace también la exigencia. Si habéis estado en estaciones destacadas en Francia, Suiza o Austria sabréis que son ya toda una referencia. Parecen difíciles de superar. Sólo así llegamos a pedirnos cruzar todo un continente para saber qué puede haber aún más espectacular. Whistler-Blackcomb es, sin duda, una de las referencias mundiales del esquí y el snowboard.

El dominio esquiable está considerado el más grande de Norteamérica, y no es para menos. Dos estaciones –Whistler y Blackcomb- en dos montañas separadas por un profunde valle. Aquí se forma un conjunto que se ha convertido en la referencia de la nieve polvo mundial. Seguramente algunas estaciones del norte de Estados Unidos pueden tener características similares. Aún así, el conjunto de elementos que se dan en la Columbia Británica dan como resultado un paraíso para los amantes del esquí y el snowboard. Más de 200 pistas de esquí, 5 snowparks y un promedio de 10 metros de nieve por temporada lo avalan.

Con más de 3300 hectáreas y 200 pistas, ninguna estación de Norteamérica puede competir con las dimensiones de este resort para esquí.

Uno de los secretos de este destino es la proximidad con el mar, concretamente con el océano Pacífico. Este le da una humedad perfecta a la nieve para mantenerse seca y en forma de polvo. Una de las piezas clave de Whistler es la nieve, no solo por la cantidad sino por la calidad. Tan relevante es la meteorología en esta zona que habitualmente la estación de Blackcomb se puede permitir cerrar un mes más tarde. Esto es debido a que la montaña de Whistler es la primera en recibir el cambio de estación y temperaturas. Aún así, con sus más de 3300 hectáreas, este dominio te absorberá por completo. Paisajes inéditos, nieve inmejorable y muchos momentos para disfrutar.

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No deja de ser curioso el dato de que la estación tiene su punto más alto a tan solo 1609m. Muchas estaciones del Pirineo llegan hasta los 2000 metros con facilidad. Esto nos demuestra que no es un factor determinante, sobre todo en cuanto a la cantidad de nieve. La falta de altura en el relieve se ve compensada por una de las últimas incorporaciones en la estación: el teleférico Peak 2 Peak. Este medio atraviesa el valle y va de cima a cima, colgando de un cable que en su punto más alejado se encuentra a más de 400 metros del suelo. Por si los nervios no te han traicionado aún, diré también que la distancia que hay entre las dos últimas torres que sujetan el cable de uno y otro lado es de 4 kilómetros. Vaya, que si no te gustan las alturas mejor no mirar, ni abajo ni hacia delante o detrás.

El dominio de Whistler-Blackcomb cuenta con 38 teleféricos. Entre ellos está el Peak 2 Peak, que cruza el valle y une las dos montañas.

El próximo febrero de 2018 estaremos preparados para pasar unos días por allí y comprobarlo con nuestros propios ojos. Si crees que no te puedes perder esta oportunidad, entra en la sección de Viajes Programados y apúntate a la mejor salida de la temporada. La definición de powder se encuentra entre esas montañas, ven a descubrirlo!

 

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